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¿Se unirá la extrema izquierda con los terroristas para atacar a los judíos?

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La extrema izquierda amenaza a los judíos (Foto de archivo)

En 1976, radicales de izquierda y terroristas árabes secuestraron un avión lleno de judíos israelíes con destino a Uganda. ¿Verá Occidente pronto el resurgimiento de esta alianza mortal? El clima político actual en Europa y Estados Unidos sugiere que la amenaza es real y está creciendo rápidamente.

Mientras la guerra en Gaza hace estragos, las manifestaciones a favor de Hamas están reuniendo a izquierdistas radicales y partidarios del terrorismo islamista en todo el mundo occidental. Esta alianza entre la extrema izquierda y el Islam radical se está convirtiendo en una fuerza cada vez más peligrosa.

Las protestas en curso en las capitales occidentales están glorificando las opiniones y acciones extremistas. Actualmente, los llamados a la violencia contra israelíes y judíos se promueven abiertamente en manifestaciones masivas en muchas ciudades europeas y estadounidenses. Esta atmósfera tóxica está reviviendo algunos viejos e inquietantes recuerdos.

"Justicia social" violenta

En julio de 1976, los comandos israelíes liberaron a más de 100 rehenes retenidos en Entebbe, Uganda. los atrevidos Misión de rescate sigue siendo una de las operaciones antiterroristas más celebradas de la historia. Pero a veces se pasa por alto la historia detrás del secuestro aéreo.

Los secuestradores Wilfried Böse y Brigitte Kuhlmann eran izquierdistas alemanes cuyos antecedentes guardan un parecido preocupante con los extremistas actuales. Fundaron el grupo terrorista Células Revolucionarias, que era ferozmente antisionista y comprometido con un tipo violento de “justicia social”.

El 27 de junio de 1976, Böse y Kuhlmann se asociaron con dos palestinos para secuestrar el avión de Air France con destino a Entebbe.

Cabe destacar que Böse se radicalizó durante sus estudios universitarios. Décadas más tarde, las universidades occidentales se han convertido en centros aún más extremos de activismo de extrema izquierda y odio antiisraelí. Además, tanto él como Kuhlmann albergaban fuertes sentimientos antisemitas. Kulmann en particular es conocido por lanzar insultos antisemitas contra los rehenes en Entebbe y por negarse a liberar a judíos cuando liberaba a cautivos no israelíes.

Entrenamiento en campos terroristas

El secuestro del avión de Entebbe fue parte de una colaboración más amplia entre radicales occidentales y grupos terroristas árabes. La simpatía de la extrema izquierda por la causa palestina llevó a algunos activistas a entrenarse en campos terroristas árabes y a desempeñar un papel activo en operaciones terroristas.

Después de Entebbe, las facciones militantes de extrema izquierda se debilitaron. Con el tiempo, los servicios de seguridad neutralizaron a grupos como las Células Revolucionarias y el La banda Baader Meinhoff. Si bien persistió el fervor antisionista en los círculos de extrema izquierda, el número de acciones mortales contra objetivos israelíes y judíos disminuyó.

Sin embargo, la atmósfera actual presenta un mayor riesgo de una renovada cooperación violenta entre los radicales árabes y de izquierda.

La última generación de “guerreros de la justicia social” ha estado trabajando con simpatizantes del terrorismo árabe durante algún tiempo. Exlíder del Partido Laborista Jeremy Corbyn Se refirió famosamente a los miembros de Hamas y Hezbollah como sus amigos, y el antisionismo es ahora una causa prominente de extrema izquierda. Pero los últimos acontecimientos amenazan con llevar esta solidaridad a un nuevo nivel.

Recuerdos de ISIS

Si bien antes existían crudos sentimientos antisemitas en la izquierda, ahora esos sentimientos se están volviendo más socialmente aceptables, generalizados e imprudentes. Sorprendentemente, el brutal asesinato de judíos en la masacre del 7 de octubre no disminuyó este sentimiento oscuro. Por el contrario, estamos asistiendo a una explosión de odio masivo a una escala inimaginable hace sólo unos años.

Si bien la violencia callejera se está extendiendo gradualmente en los centros de las ciudades, detrás de escena puede haber planes aún más oscuros en proceso.

El ascenso de ISIS en la última década demostró claramente el potencial de una alianza entre islamistas e izquierdistas. En todo Occidente, ciudadanos no musulmanes viajaron a Medio Oriente para unirse a las batallas del Estado Islámico contra los “infieles”.

Una asociación terrorista que tenga como objetivo a judíos e Israel ahora parece aún más natural. También está claro que el bando islamista de izquierda está justificando e incluso glorificando las atrocidades cometidas por Hamás. En esta atmósfera, la violencia extrema es una opción cada vez más probable.

A medida que se desarrolle esta vieja y nueva amenaza, presentará un enorme desafío de seguridad para Israel y para las comunidades judías en el extranjero. Las aerolíneas y misiones diplomáticas israelíes podrían volver a convertirse en blanco de ataques, al igual que las escuelas, empresas y lugares de culto judíos.

A medida que los acontecimientos se salen de control, los gobiernos y los ciudadanos occidentales descubren rápidamente que un monstruo está creciendo en sus propios patios traseros. Si no se toman medidas enérgicas para detenerlas, las manifestaciones de odio acabarán convirtiéndose en terrorismo y violencia organizados.

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