Eso fue, al menos, hasta que el ministro de digitalización de Bélgica, Mathieu Michel, decidió utilizar la presidencia de la UE del país, que expira en junio, para conseguir el apoyo de otros estados miembros de la UE para una versión reiniciada del proyecto.

Ahora, bajo la apariencia de una posible evolución “metaversa”, Michel ha obtenido alrededor de una docena de respaldos estatales para el proyecto. Sin embargo, persiste la preocupación de que los parámetros mal definidos y el mandato confuso del proyecto puedan hacer que la UE, bajo la dirección de Michel, desperdicie aún más dinero bueno después del mal en un intento por mantener todo vivo.

El propio Michel no está preocupado por los agoreros. Como “verdadero creyente” declarado en la tecnología blockchain, que proviene de los sistemas de liquidación descentralizados que impulsan Bitcoin, confía en que es sólo cuestión de tiempo hasta que la tecnología demuestre su valía. 

"Incluso si se pierden 800,000 euros, en comparación con lo que podría aportar, esto no es una pérdida de dinero", aseguró Michel a POLITICO en una entrevista en enero. “La cuestión no es decidir e incluso estar seguro de que será el futuro. El objetivo es explorar y hacer cosas nuevas”.

En ese sentido, desde que comenzó la presidencia belga en enero, Michel se ha centrado en eliminar lo que se puede rescatar de la antigua iniciativa EBSI y encontrar formas de reutilizarla bajo el mandato nuevo y ampliado del metaverso.