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Un analista destaca tres importantes vientos de cola a largo plazo para las criptomonedas

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En un reciente análisis compartido en la plataforma de redes sociales X, el criptoanalista Will Clemente III se sumerge en las fuerzas macroeconómicas que configuran el panorama para Bitcoin como una forma firme de dinero fuerte y las criptomonedas como una clase de activo dinámica y de alto riesgo. Su examen de la trayectoria económica de Estados Unidos proporciona un argumento convincente para la inevitable devaluación del dólar estadounidense, destacando la posición estratégica de los activos digitales en este escenario en desarrollo.

Analicemos sus ideas paso a paso para comprender los conceptos subyacentes y sus implicaciones.

El dinero fuerte se caracteriza por su durabilidad, escasez y la capacidad de no ser degradado o devaluado fácilmente. Bitcoin se considera dinero fuerte porque tiene un límite de suministro fijo de 21 millones de monedas, lo que garantiza la escasez. Su naturaleza descentralizada impide que una sola entidad infle la oferta, en contraste con las monedas fiduciarias que los bancos centrales pueden imprimir en cantidades ilimitadas. Esto convierte a Bitcoin en una atractiva reserva de valor en tiempos de inflación o devaluación de la moneda.

La relación deuda-PIB mide la deuda de un país en comparación con su producción económica, lo que proporciona información sobre su capacidad para pagar deudas. Una creciente relación deuda-PIB, junto con un creciente déficit presupuestario (donde los gastos gubernamentales superan los ingresos), indica una deuda nacional en aumento y posibles desafíos para gestionar esta deuda de manera sostenible. Estas métricas son cruciales ya que reflejan la salud financiera y la estabilidad de una economía.

Los bonos del Tesoro de Estados Unidos son bonos gubernamentales que financian el gasto federal, tradicionalmente considerados inversiones seguras. Clemente señala la disminución de la propiedad extranjera de estos tesoros, posiblemente debido a tensiones geopolíticas, como las que existen entre EE.UU. y China.

El ajuste cuantitativo (QT) se refiere a la política de la Reserva Federal de vender activos de su balance para reducir la oferta monetaria, con el objetivo de controlar la inflación. Esta política puede conducir a tasas de interés más altas, encareciendo el servicio de la deuda y potencialmente desacelerando el crecimiento económico.


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Como los pagos de intereses de la deuda nacional consumen una porción mayor del PIB, esto indica que una cantidad significativa de ingresos del gobierno no se está utilizando para servicios públicos o inversiones, sino para el servicio de la deuda. Este escenario puede limitar el crecimiento económico y la flexibilidad de la política fiscal de un país.

Teniendo en cuenta estos factores, Clemente concluye que devaluar la moneda o reducir su valor aumentando la oferta monetaria parece ser el camino más factible para Estados Unidos. Este enfoque puede hacer que la deuda existente sea más manejable en términos nominales, pero corre el riesgo de inflación y erosión del poder adquisitivo. En este contexto, crece el atractivo de Bitcoin como dinero fuerte, ofreciendo una cobertura contra la posible devaluación de las monedas fiduciarias.

Richard X. Bove, un renombrado analista financiero con una carrera que abarca más de cincuenta años, expresó recientemente una audaz predicción sobre el estatus del dólar estadounidense.

En un new york times artículo Por Rob Copeland, con fecha del 27 de enero, Bove, tras su anuncio de jubilarse, ofreció un pronóstico sombrío para la economía estadounidense y el sector bancario desde su oficina central cerca de Tampa. Hizo la profunda declaración de que “el dólar se acabó como moneda de reserva mundial”, sugiriendo que China está a punto de superar a la economía estadounidense. Esta perspectiva lo distingue de sus contemporáneos, a quienes critica por su vacilación a la hora de cuestionar el sistema financiero establecido.

El artículo del New York Times destaca la amplia experiencia de Bove en el seguimiento de la industria bancaria, incluidos momentos cruciales como la crisis de ahorro y préstamo y los acontecimientos que condujeron a la crisis financiera de 2008. Recientemente, su punto de vista ha cambiado, particularmente a la luz de la crisis bancaria regional de la primavera pasada. Bove identifica la subcontratación de la manufactura estadounidense como un riesgo crítico tanto para el sector financiero como para el dominio del dólar, postulando que transfiere poder económico a regiones que producen bienes, remodelando así el panorama económico global.

Imagen destacada a través de Unsplash

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