Mientras me preparaba para el final del año y buscaba una palabra de aliento para este boletín, también me involucré en mi comunidad local con un grupo que está trabajando para proporcionar alimentos a otros a través del banco de alimentos local, y Me vino a la mente la importancia del trabajo de los educadores al pensar en la situación en la que se encuentran muchos de los clientes de nuestro banco de alimentos local.
La Navidad es tradicionalmente una época para centrarse en lo mejor de lo que nos hace humanos, pasar tiempo con aquellos que son más importantes para nosotros y que de alguna manera han dado forma a lo que somos. Pero sabemos que esa no es la experiencia para todos.
Mientras estamos comiendo una cena de Navidad, hay algunos que están prescindiendo. Mientras disfrutamos del tiempo en familia, hay quienes están separados de los suyos o cuyas familias ya no se llevan bien. Mientras disfrutamos de la calidez y la seguridad de un hogar para vivir, hay algunos que viven con miedo e incertidumbre.
Algunas de estas personas son los niños que aparecen en sus aulas todos los días y cuyas familias a veces conoce.
Así que nunca olviden que el trabajo que hacen como educadores, sin importar a qué escala, sin importar cuán desapercibido, tiene el potencial de cambiar vidas para siempre y de poner a los jóvenes en el rumbo que determinará su futuro.
|