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islamabad: El acto de equilibrio de Pakistán entre Occidente y China ha sido bastante dudoso, ya que el país garantiza a ambas partes el compromiso con sus respectivos intereses en la región.
Pero, ¿por cuánto tiempo seguirá Pakistán engañando a Occidente y a China? Es una pregunta que los políticos de Washington y Beijing deben hacerse, informó South Asia Press.
El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, aterrizó en China el martes para una visita oficial de dos días por invitación del primer ministro del país, Li Keqiang. Este es su primer viaje al país vecino desde que asumió el cargo en abril de este año.
El ministro de Relaciones Exteriores del país, Bilawal Bhutto-Zardari, y el ministro de Finanzas, Ishaq Dar, entre otros funcionarios paquistaníes, forman parte de la delegación que acompaña al primer ministro.
En un momento de drásticos realineamientos geopolíticos globales, la visita de Sharif a China está siendo observada de cerca por Occidente, debido al compromiso de Islamabad con diferentes instituciones económicas internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, de quienes Pakistán busca asistencia financiera. y que ven a China como una potencia explotadora, informó South Asia Press.
Antes de su partida, Sharif publicó en el sitio de redes sociales Twitter: “Es un honor ser uno de los primeros líderes invitados después del histórico 20º Congreso Nacional del Partido Comunista de China. En un momento en que el mundo se enfrenta a múltiples desafíos, Pakistán y China se mantienen unidos como amigos y socios”.
El primer ministro dijo además en su tuit que las conversaciones con los líderes chinos se centrarían en la “revitalización del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) entre muchas otras cosas”.
Sin embargo, es bien sabido que las ambiciones económicas chinas son expansionistas. Como muestran los registros, los proyectos de infraestructura estratégica se asumen a nivel mundial en un intento de establecer trampas de endeudamiento importantes para los países. La asistencia financiera china en forma de "préstamos fáciles" ya ha desestabilizado a países como Sri Lanka, Laos y Mongolia, informó South Asia Press.
Además, Pakistán parece seguir adelante con acuerdos financieros y económicos con China que no son transparentes ni parecen beneficiar al país.
Se suponía que el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), lanzado en abril de 2015, cambiaría la economía de Pakistán. A pesar de toda la retórica en público de los líderes de ambos países de que sacará a los paquistaníes comunes de la pobreza, el CPEC aún no ha cumplido sus promesas.
Los expertos dicen que los proyectos chinos están beneficiando solo a un puñado de la élite del país, y esta percepción se arraigó aún más cuando Imran Khan, el jugador de críquet convertido en político, llegó al poder.
Khan ya había cuestionado la transparencia de la CPEC y, una vez en el poder, creó una Autoridad de la CPEC, que agregó una capa burocrática, lo que ralentizó aún más los proyectos de la CPEC, informó South Asia Press.
Por otro lado, en los últimos años, la relación de Islamabad con Occidente, principalmente con Washington, también ha estado bajo presión, especialmente desde que Estados Unidos se retiró de Afganistán el año pasado.
Esta relación empeoró aún más desde la caída del gobierno de Imran Khan este año, cuando acusó a Estados Unidos de orquestar su derrocamiento del poder, informó South Asia Press.