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El caso a favor de una mayor colaboración con la industria de defensa de la ASEAN

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Numerosos miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) están actualmente comprometidos en la modernización activa de sus fuerzas armadas. Estas iniciativas surgen no sólo de la necesidad de reemplazar sistemas de armas obsoletos, sino que también están impulsadas por la creciente incertidumbre en la geopolítica global y regional, en particular la intensa competencia entre Estados Unidos y China. Dada la dinámica geopolítica en evolución, existe una creciente conciencia entre los países de la región sobre la importancia de tener un ejército robusto y tecnológicamente avanzado. Esta tendencia actual presenta un momento único y oportuno para revitalizar la idea de reforzar la cooperación regional en la industria de defensa.

Hay claros beneficios para los estados del Sudeste Asiático al hacer realidad esta idea. Actualmente, los países de la ASEAN se encuentran en gran medida dependientes de las importaciones de armas desde fuera de la región, especialmente para sistemas de armas importantes como buques de guerra, submarinos, aviones de combate y tanques de batalla. Esta dependencia plantea desafíos estratégicos, ya que los cambios en las políticas de exportación y las prioridades nacionales de los principales proveedores de armas podrían comprometer seriamente la autonomía y obstaculizar la modernización militar de los ejércitos de la ASEAN.

Esta dependencia se ha puesto de relieve por el actual retraso en la producción mundial de armas que siguió a la invasión rusa de Ucrania, y se ha visto exacerbada por la decisión de las principales potencias de priorizar la reposición y expansión de sus propias existencias y las de sus aliados cercanos.

Esto también se evidencia en los crecientes desafíos que enfrentan los gobiernos del sudeste asiático al hacer negocios con Moscú y mantener operativos sus sistemas de armas de fabricación rusa, junto con el creciente número de sanciones y controles de exportación que las naciones occidentales han impuesto a Rusia. Esto se destaca como uno de los principales factores detrás de la decisión de Indonesia de renunciar a su plan de comprar aviones de combate Su-35 a Rusia. En cambio, Indonesia, que prefiere diversificar sus fuentes de armas para evitar depender exclusivamente de una sola potencia importante, ha optado por mejorar sus asociaciones estratégicas con Francia y Turquía, para acceder a importantes productos de defensa como el caza Rafale, el submarino Scorpene Evolved, y misil antibuque ATMACA.

Además, la excesiva dependencia de productos y servicios importados desvía importantes recursos financieros de las economías de la ASEAN, lo que obstaculiza el desarrollo interno y el crecimiento potencial de la industria de defensa regional. Además, una asociación de la industria de defensa pan-ASEAN tendría el potencial de abordar los desafíos relacionados con las economías de escala y las capacidades limitadas de investigación y desarrollo. Este potencial ha sido ejemplificado por los programas conjuntos de desarrollo y adquisiciones frecuentemente observados en los países de la Unión Europea (UE). Además, fomentar la colaboración en la industria de defensa tiene el beneficio adicional de impulsar la interoperabilidad y la confianza entre las fuerzas armadas de la ASEAN.

Por supuesto, existen algunos obstáculos importantes para promover la colaboración en defensa a nivel regional. Lo primero y más importante es la voluntad de trabajar juntos en un sector caracterizado por altos niveles de secretismo y sensibilidad política. Esto incluye hacer ajustes adecuados a las burocracias y regulaciones existentes, específicamente aquellas relacionadas con la seguridad de la tecnología de defensa, la buena gobernanza y el proteccionismo comercial.

También se debe considerar el hecho de que los países del sudeste asiático exhiben diferentes dinámicas políticas internas, perspectivas de amenazas y prioridades de seguridad nacional, lo que dificulta alinear los objetivos de su industria de defensa. Si bien algunos países, especialmente Camboya y Laos, pueden priorizar las capacidades de defensa terrestre debido a conflictos internos y condiciones geográficas, otros, como Indonesia, Singapur y Filipinas, han puesto más atención en el poder aéreo y naval.

Además, en medio de su creciente guerra civil y otras crisis posteriores al golpe, la participación de Myanmar en iniciativas regionales de desarrollo y producción de armas seguramente provocará mayores preocupaciones éticas y políticas.

Otro obstáculo radica en la disparidad sustancial en la capacidad y voluntad de los gobiernos de los países de la ASEAN para asignar fondos al sector de defensa. Por ejemplo, a pesar de ser el país más pequeño de la región, Singapur ha mantenido consistentemente su mayor presupuesto de defensa desde finales de los años 1990 o principios de los años 2000. Datos del Banco Mundial También muestra que desde 2017, la ciudad-estado ha sido la única entre los países de la ASEAN, con un gasto militar anual que supera los 10 mil millones de dólares. En cambio, a pesar de tener un territorio aproximadamente ocho veces mayor que Singapur, Brunei Darussalam nunca ha asignado un presupuesto de defensa superior a los 500 millones de dólares, excepto en el año 2014.

Además, a pesar de un aumento significativo en el gasto militar desde principios del milenio, Yakarta aún no ha logrado su objetivo de asignar al menos el 1.5 por ciento de su PIB, equivalente a alrededor de 20 mil millones de dólares, según la economía del país en 2023. Además, si bien Singapur e Indonesia esperan la llegada de los F-35 y los cazas Rafale que han encargado, Malasia hasta ahora sólo ha logrado comprar aviones de combate ligeros para mejorar su envejecida flota de aviones de combate.

En conjunto, la región también demostró una capacidad fiscal limitada. Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar anual en la región aumentó un 13 por ciento a 43.1 millones de dólares entre 2013 y 2022. Sin embargo, esta cifra constituye apenas el 1.9 por ciento del gasto militar mundial.

La buena noticia es que se han sentado las bases para que la región fomente colaboraciones multinacionales transfronterizas en la industria de defensa. Durante la quinta Reunión de Ministros de Defensa de la ASEAN celebrada en Yakarta en mayo de 2011, los países del Sudeste Asiático adoptaron una Documento conceptual sobre el establecimiento de la colaboración de la industria de defensa de la ASEAN. La iniciativa tiene como objetivo fomentar la colaboración en proyectos, impulsar el comercio dentro de la ASEAN en productos y servicios de defensa, aumentar la competitividad tecnológica e industrial de la ASEAN y crear incentivos que facilitarían el crecimiento de la industria de defensa regional. Sin embargo, después de más de una década, la implementación del documento conceptual sigue siendo lenta.

No obstante, los países de la ASEAN han demostrado su capacidad para apoyar mutuamente las necesidades de defensa a nivel bilateral. Por ejemplo, el constructor naval estatal de Indonesia, PT PAL Indonesia, está construyendo actualmente dos muelles de plataforma de aterrizaje para la Armada de Filipinas.

Otra empresa indonesia, PT Dirgantara Indonesia, ha conseguido un contrato para suministrar seis NC-212i aviones de transporte ligero a la Fuerza Aérea de Filipinas. El fabricante de aviones estatal también ha emprendido la modernización de tres aviones CN-235-220 para la Real Fuerza Aérea de Malasia.

Además, a lo largo de los años, ST Engineering de Singapur ha autorizado a PT Pindad de Indonesia a producir su ametralladora CIS de 50 mg y su lanzagranadas automático de 40 mm. Hasta el año pasado, ST Engineering continuó brindando servicios de mantenimiento, reparación y revisión (MRO) a la flota de aviones C-130 de la Fuerza Aérea de Indonesia.

De manera similar, la Corporación de Servicios Técnicos de Helicópteros de Vietnam (Helitechco) ha prestado servicios a los helicópteros Mi-17V del ejército de Indonesia. Los dos países también han discutido una posible cooperación MRO para sus aviones de combate Su-27/30 de fabricación rusa.

Las plantas de adquisiciones unilaterales en curso y futuras pueden ayudar a estimular la cooperación en la industria de defensa en toda la región. Por ejemplo, se dice que el plan de Malasia de ensamblar localmente 14 aviones de combate ligeros FA-50 de Corea del Sur abre la oportunidad para que el país se convierta en un centro regional de MRO para la plataforma. Esto tiene importancia ya que las mismas variantes están actualmente en funcionamiento en Filipinas, Indonesia y Tailandia.

Del mismo modo, si se aceptara la oferta de Francia de construir localmente dos submarinos Scorpene Evolved en Surabaya, Java Oriental, Indonesia sería la única nación de la ASEAN capaz de construir a nivel nacional submarinos modernos. Esto podría beneficiar a Malasia, que ya opera dos barcos Scorpene, y a Filipinas, si Manila elige una opción francesa en su programa de adquisición de submarinos.

Considerando todo esto, existe una multitud de beneficios y oportunidades potenciales para que las naciones de la ASEAN integren sus industrias de defensa. Dados los obstáculos existentes, un enfoque específico que se centre en necesidades y plataformas compartidas serviría como punto de partida factible. Las colaboraciones exitosas en proyectos más pequeños, ya sea en términos de costo, duración, número de participantes y/o escala, podrían generar confianza y demostrar el valor de la cooperación. Esto, a su vez, allanaría el camino para iniciativas más amplias en el futuro. Si se ejecuta bien, la ASEAN se beneficiaría de una comunidad de seguridad más autosuficiente, reforzando así la centralidad de la organización.

Las opiniones expresadas en este artículo son personales.

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